sábado, 22 de marzo de 2014

HOGAR JUVENIL CAMPESINO: "Un solo corazón y una sola alma"

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HOGAR JUVENIL CAMPESINO: "UN SOLO CORAZÓN Y UNA SOLA ALMA"

"El futuro de Colombia está en el campo, el futuro del campo está en el niño campesino, el futuro del niño campesino está en nuestras manos"
Monseñor: J. Iván Cadavid Gutiérrez 

En medio de un clima ardiente de guerra, de avaros políticos al servicio del diablo y un campo necesitado en busca de desarrollo y oportunidades dignas de vida, se fundó el primer Hogar Juvenil Campesino de Colombia en 1963; y fue así, como los habitantes del campo, en un último grito de auxilio vieron la misericordia de Dios en quien era un mesías necesario, el abogado del campo, el oportuno Monseñor: Jesús Iván Cadavid Gutiérrez (q.e.p.d). Era en el contexto de la abofeteada población de Urrao en el Nordeste Antioqueño donde tuvo génesis este proyectos de grandes impactos. Para ese entonces, en Colombia, ya se evidenciaba con fuerzas: las injusticias sociales, la dejadez y la desigualdad entre el campo y lo urbano, grandes índices de analfabetismo y discriminación. Los H.J.C  son entidades sin ánimo de lucro y se extienden a lo largo del territorio Colombiano, pero en la subregión del Bajo Cauca Antioqueño solo está  el de Zaragoza. 



La idea de un Hogar Juvenil Campesino en Zaragoza, nació en el año de 1979 por el iniciativa del Párroco de ese entonces: Porfirio Iván Lopera Gil y con la ayuda de líderes comunitarios, en 1980 se logró la personería jurídica. El Hogar inició con 60 estudiantes donde fue también el Gaspar de Rodas, su sede actual, ubicada en el sector de San Gregorio, mide 20 hectáres, espacio al que no se le ha dado utilidad porque no hay ni las herramientas ni los proyectos para intervenirlo. Hoy en día se benefician alumnos entre las edades de 12 y 20 años, todos viven allí porque tienen sueños, pero no todos sus sueños son iguales, convergen en medio de las diferencias étnicas, culturales, religiosas y personales. Sin embargo, las ganas de salir adelante los hacen ser tolerantes, perseverar a pesar de las adversidades y diferencias, sin perder nunca la esperanza de un futuro mejor.

Allí se tejen historias con retazos de recuerdos, cada historia es un drama, una crónica de lucha, cada una cobija una familia y grandes ilusiones, las mismas que se resisten a dormirse en el tiempo.

Es el caso de "Pedrito" como lo llaman cariñosamente, uno de sus beneficiados, la situación económica de su núcleo familiar lo obligo a desprenderse de ellos y renunciar a la idea de crecer en medio de costumbres familiares, sus hermanos eran antes miembros del Hogar, luego marcharon y Pedrito, sin más opciones se quedó, encontró en el Hogar una opción de estadía y una oportunidad de darle continuidad a sus estudios. Cursa 5° grado.

Pero todos esos esfuerzos que una vez se doblegaron y dieron idea a este proyecto parecen ser exterminados con un golpe de insensibilidad. Hay gran preocupación, porque a pesar de las ayudadas dadas por la Fundación Hogares Juveniles Campesinos de Colombia y los aportes de I.C.B.F entre otros, como un particular que pidió reservar su nombre, no se ha podido equilibrar el funcionamiento normal de este Hogar. Son 27 alumnos que actualmente dependen de él, adolescentes campesinos que quieren seguir estudiando y que ahora ven con angustia la posibilidad de que cierren el recinto, pues la falta de gestión administrativa de la junta, de unión, de sentido de pertenencia y de respeto por algunos habitantes  aledaños, sumándole a esto la falta de ayuda del Gobierno local, Departamental y Nacional ha puesto en jaque la viabilidad de la entidad. A pesar que desde la fundación Hogares Juveniles Campesinos se plantea una filosofía y una misión para el "mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad rural, a través de la dirección, orientación de los H.J.C, en su labor de formación integral cristiana de los niños(as) y jóvenes"... aquí parece ser la excepción, no son evidentes las orientaciones de ninguna dependencia para fortalecer integralmente los jóvenes y parce ser que la figura católica a descuidado su deber corresponsal de la educación ética-religiosa. 

Los niños del campo necesitan más apoyo, el Hogar necesita urgentemente de líderes comprometidos a fortalecer las condiciones de vida en el mismo, de la posibilidad de proyectos productivos auto-suficientes, restauración de las cabañas que se encuentran en un estado peyorativo, aunque sus alumnos han doblegado esfuerzos para corregir con tablillas rotos y techos, de nada ha servido, ni siquiera se tiene herramienta para trabajar,el hogar, en vez de ser un lugar grato de encuentro, de educabilidad y trabajo para el emprendimiento, se ha convertido en un escenario indigno, utilizado por necesidad.

Son centenares de estudiantes que en casi 35 años de funcionamiento del Hogar han sido parte de su historia, de lo que se esconde más allá de sus lozas, testigos de sus grandes momentos y pensantes en sus noches frescas, arborizadas, de este lugar rodeado de magia, donde llueve el abandono y humedece el recuerdo de lo que antes fue un lugar grato y envidiable para estudiar, no para sobrevivir. 


Autor: Didier David Cataño Quiroz
dcartiroz.com@gmail.com
Twitter: @didiercatao