viernes, 25 de septiembre de 2015

YIYO, LE SIGUE PEDALEANDO A LA VIDA

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Yiyo no murió, vivió para recordar, era imposible que una figura prodigiosa del ciclismo dejara de pedalear, a sus 12 años empezó su pasión por el ciclismo y hoy, a pesar de su accidente, conserva su entusiasmo y su entrega por este deporte tan complejo y difícil.

Yilmar Andrés en recuperación
Su verdadero nombre es Yilmar Andrés Machado Machado, nació en el año 1997 en Zaragoza Antioquia y se crió en las entonces polvorientas calles del Barrio San Gregorio, en medio de una familia humilde junto a sus cuatro hermanos, hijo de Tamile Machado y Alcides Machado. Desde muy pequeño lo recuerdan en su casa como un niño inquieto y muy curioso por explorar el mundo, tanto así, que a sus 8 años ya dominaba los caballos, empezó entonces trabajando en un “carromula” con el señor Orlando Meneses.

Era una tarde soleada como cualquiera, a la vista varios niños practicaban ciclismo en la unidad deportiva del barrio, las bicicletas y la competencia llamaron la atención de Yilmar que expectante quiso entrar a ese grupo para entrenar junto a ellos, dirigidos por el entrenador Fredy Lopera. Era una época difícil donde no habían patrocinadores sólidos, el ciclismo no es un deporte base en Zaragoza, pero si conocido ampliamente en Colombia y los antecedentes demuestran que en años atrás hubo grandes deportistas de la rama en el municipio, su padre Alcides fue uno de ellos, en los años 80 fue un hombre reconocido y apasionado del deporte de las dos ruedas y que lo llevaron a competir regional y departamentalmente; yiyo quizá, heredaba esa vena deportiva de su papá y a sus 12 años empezó un estilo de vida diferente, se entregó al ciclismo, dejo de lado el carromula y empezó a pedalear.

La época de los años 70º marcó un momento inspirador para Yiyo como le dicen de cariño con este deporte desde que Martin Emilio “Cochise Rodríguez” gano el Campeonato Mundial de los 4.000 metros persecución individual en Varese, Italia, el primer gran logro del ciclismo colombiano a nivel mundial.

Yilmar admira profundamente  al ciclista Antioqueño Rigoberto Uran; asegura que su talento lo lleva en la sangre, habla con propiedad de la disciplina y conoce ampliamente los términos competitivos de la misma, cuando se refiere al ciclismo, lo hace con pasión, se nota en su voz la sed de triunfo y aunque practicó atletismo y fútbol no concibe en su vida otro deporte u otra carrera.

Ha tenido valiosos reconocimientos como competidor: en el 2010 cosechó un primer puesto en competencia individual el 5 de septiembre, en ese mismo año se destacó a nivel departamental entre los primeros 15. A competido en Apartado, Taraza, Puerto Berrio, San Rafael, Sincelejo, Montería, Yarumal, Santa Rosa de Osos y los que le faltan… su padre quiere que sea el mejor.

“Yo estoy aferrado a Dios, porque él me dio una segunda oportunidad para algo maravilloso, si él me tiene aquí es para algo” son las palabras entre cortadas de Yiyo al darme sus declaraciones. Su vida está cargada de muchos sentimientos, momentos apoteósicos y momentos muy tristes, y es que su vida no es igual desde hace casi 3 años. Era un adolescente de 15 años, feliz, dichoso, viajó con su maleta llena de ilusiones a el departamento de Córdoba a conformar la delegación de ciclismo de ese departamento para competir en la Vuelta Nacional del Futuro, pero una tragedia automovilística estaba por estremecer su familia en pleno diciembre, la noche del 3 de ese mes del 2012 Yilmar Andrés Machado junto a otros cinco deportistas, un soldado y su entrenador Javier, viajaban de la ciudad de Montería a Sincelejo Sucre a la concentración; en medio de la vía, en una curva, a la altura de Chinu Córdoba una tracto mula estaba estacionada, al parecer varada y allí a eso de las 7:00 PM chocaron fuertemente con la tracto mula que no lograron ver a tiempo, el carro colapsó y Yiyo llevaría la peor parte, iba en las últimas sillas y minutos antes el entrenador le había ordenado cambiar de puesto e ir adelante. Fue una noche totalmente gris, yacían en la vía los cuerpos de los lesionados ciclistas con heridas superables, pero el estado de Yilmar era confuso. Lo sacaron de las apachurradas latas del vehículo y fue llevado a una clínica de Sincelejo donde le reportaron trauma cerebral, derramen interno en el lado izquierdo de su cuerpo, cuadros agudos de laceraciones y lo peor, perdida de la memoria.

Su madre recibió una llamada el 3 de diciembre del 2012 a eso de las 10:00 PM por parte del entrenador, quien le dijo que solo era un accidente leve y de inmediato su instinto de madre le dijo que algo más grave había pasado, se alarmó y viajó rápidamente al siguiente día. El estado de Yiyo empeoraba y al llegar su mamá, doña Tamile fue declarado en estado de coma, Yilmar casi no respondía, su vida casi no pedaleaba, el pánico de su madre nunca  tendrá precio.

Yiyo no murió, vivió para recordar, era imposible que una figura prodigiosa del ciclismo dejara de pedalearle a la vida, a sus sueños, a sus ganas de vivir y ganarse por fin un Tour de Francia, El Giro de Italia o La Vuelta a España su más grande anhelo.

Su familia cambió el lugar de residencia, de Zaragoza tuvieron que irse a vivir a Medellín porque allí era donde podían garantizar la recuperación del joven Machado, hoy en día ha recuperado el 95% de su capacidad para recordar, su goma por la bicicleta no la para nadie, su mamá vive angustiada pero lo apoyan en su proyecto de vida, hace pocos días volvió a sufrir un accidente en el área metropolitana de Medellín y solo sufrió una herida leve en su mano.

Hasta ahora nadie le ha pagado nada y ningún seguro le ha respondido por su accidente. Yilmar Andrés sigue soñando, practicando y deseando sus títulos mundiales.



Autor: Didier David Cataño
Twitter: @didiercatao
https://midiariodc.blogspot.com

Nota aclaratoria: Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo en cualquier medio digital, escrito o web sin mi autorización. Pueden escribirme a dcartiroz.com@gmail.com 



1 comentario:

  1. Didier muchas gracias por escribir mi historia
    Dios lo bendiga siempre🙏
    Me gustó att Yiyo

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