Yiyo no murió, vivió para recordar, era imposible que una
figura prodigiosa del ciclismo dejara de pedalear, a sus 12 años empezó su pasión
por el ciclismo y hoy, a pesar de su accidente, conserva su entusiasmo y su
entrega por este deporte tan complejo y difícil.
Yilmar Andrés en recuperación |
Era una tarde soleada como cualquiera, a la vista varios
niños practicaban ciclismo en la unidad deportiva del barrio, las bicicletas y
la competencia llamaron la atención de Yilmar que expectante quiso entrar a ese
grupo para entrenar junto a ellos, dirigidos por el entrenador Fredy Lopera.
Era una época difícil donde no habían patrocinadores sólidos, el ciclismo no es
un deporte base en Zaragoza, pero si conocido ampliamente en Colombia y los antecedentes
demuestran que en años atrás hubo grandes deportistas de la rama en el
municipio, su padre Alcides fue uno de ellos, en los años 80 fue un hombre
reconocido y apasionado del deporte de las dos ruedas y que lo llevaron a
competir regional y departamentalmente; yiyo quizá, heredaba esa vena deportiva
de su papá y a sus 12 años empezó un estilo de vida diferente, se entregó al
ciclismo, dejo de lado el carromula y empezó a pedalear.
La época de los años 70º marcó un momento inspirador para
Yiyo como le dicen de cariño con este deporte desde que Martin Emilio “Cochise Rodríguez”
gano el Campeonato Mundial de los 4.000 metros persecución individual en
Varese, Italia, el primer gran logro del ciclismo colombiano a nivel mundial.
Yilmar admira profundamente al ciclista Antioqueño Rigoberto Uran;
asegura que su talento lo lleva en la sangre, habla con propiedad de la
disciplina y conoce ampliamente los términos competitivos de la misma, cuando
se refiere al ciclismo, lo hace con pasión, se nota en su voz la sed de triunfo
y aunque practicó atletismo y fútbol no concibe en su vida otro deporte u otra
carrera.
Ha tenido valiosos reconocimientos como competidor: en el
2010 cosechó un primer puesto en competencia individual el 5 de septiembre, en
ese mismo año se destacó a nivel departamental entre los primeros 15. A competido
en Apartado, Taraza, Puerto Berrio, San Rafael, Sincelejo, Montería, Yarumal, Santa
Rosa de Osos y los que le faltan… su padre quiere que sea el mejor.
“Yo estoy aferrado a Dios, porque él me dio una segunda
oportunidad para algo maravilloso, si él me tiene aquí es para algo” son las
palabras entre cortadas de Yiyo al darme sus declaraciones. Su vida está
cargada de muchos sentimientos, momentos apoteósicos y momentos muy tristes, y
es que su vida no es igual desde hace casi 3 años. Era un adolescente de 15
años, feliz, dichoso, viajó con su maleta llena de ilusiones a el departamento de Córdoba a conformar la delegación de ciclismo de ese departamento para competir
en la Vuelta Nacional del Futuro, pero una tragedia automovilística estaba por
estremecer su familia en pleno diciembre, la noche del 3 de ese mes del 2012
Yilmar Andrés Machado junto a otros cinco deportistas, un soldado y su
entrenador Javier, viajaban de la ciudad de Montería a Sincelejo Sucre a la concentración;
en medio de la vía, en una curva, a la altura de Chinu Córdoba una tracto mula
estaba estacionada, al parecer varada y allí a eso de las 7:00 PM chocaron fuertemente
con la tracto mula que no lograron ver a tiempo, el carro colapsó y Yiyo llevaría
la peor parte, iba en las últimas sillas y minutos antes el entrenador le había
ordenado cambiar de puesto e ir adelante. Fue una noche totalmente gris, yacían
en la vía los cuerpos de los lesionados ciclistas con heridas superables, pero
el estado de Yilmar era confuso. Lo sacaron de las apachurradas latas del vehículo
y fue llevado a una clínica de Sincelejo donde le reportaron trauma cerebral,
derramen interno en el lado izquierdo de su cuerpo, cuadros agudos de laceraciones
y lo peor, perdida de la memoria.
Su madre recibió una llamada el 3 de diciembre del 2012 a
eso de las 10:00 PM por parte del entrenador, quien le dijo que solo era un
accidente leve y de inmediato su instinto de madre le dijo que algo más grave había
pasado, se alarmó y viajó rápidamente al siguiente día. El estado de Yiyo empeoraba
y al llegar su mamá, doña Tamile fue declarado en estado de coma, Yilmar casi
no respondía, su vida casi no pedaleaba, el pánico de su madre nunca tendrá precio.
Yiyo no murió, vivió para recordar, era imposible que una
figura prodigiosa del ciclismo dejara de pedalearle a la vida, a sus sueños, a
sus ganas de vivir y ganarse por fin un Tour de Francia, El Giro de Italia o La
Vuelta a España su más grande anhelo.
Su familia cambió el lugar de
residencia, de Zaragoza tuvieron que irse a vivir a Medellín porque allí era
donde podían garantizar la recuperación del joven Machado, hoy en día ha
recuperado el 95% de su capacidad para recordar, su goma por la bicicleta no la
para nadie, su mamá vive angustiada pero lo apoyan en su proyecto de vida, hace
pocos días volvió a sufrir un accidente en el área metropolitana de Medellín y
solo sufrió una herida leve en su mano.
Hasta ahora nadie le ha pagado nada y ningún seguro le ha
respondido por su accidente. Yilmar Andrés sigue soñando, practicando y
deseando sus títulos mundiales.
Autor: Didier David Cataño
Twitter: @didiercatao
https://midiariodc.blogspot.com
Nota aclaratoria: Prohibida la reproducción total o parcial de este artículo en cualquier medio digital, escrito o web sin mi autorización. Pueden escribirme a dcartiroz.com@gmail.com
Didier muchas gracias por escribir mi historia
ResponderEliminarDios lo bendiga siempre🙏
Me gustó att Yiyo